Villarroya es un pequeño municipio riojano ubicado en la comarca de Arnedo, en la Rioja Baja. Con tan solo 6 habitantes, este encantador pueblo se sitúa a una altitud de 925 metros, en la falda del monte Gatún.
Históricamente, Villarroya también se ha destacado como un antiguo pueblo minero de carbón, con una economía basada en la agricultura y la ganadería. Además, su riqueza paleontológica ha puesto a la localidad en el mapa científico, con importantes yacimientos de fósiles que datan del Plioceno. A lo largo de los años, sus habitantes han trabajado para preservar y mejorar el pueblo, destacando la reconstrucción de infraestructuras como el Horno Comunal, la iglesia de San Juan Bautista o el Lavadero.
El entorno natural que rodea a Villarroya, parte de la Reserva de la Biosfera de La Rioja, es ideal para los amantes de la naturaleza. Sus bosques de encinas, robles y pinares ofrecen una rica biodiversidad, especialmente en lo que respecta a la micología, haciendo de Villarroya un destino privilegiado para la recogida de setas. Además, el monte Gatún, con sus molinos eólicos y vistas panorámicas, añade un atractivo singular a este rincón riojano.
Hoy en día, Villarroya combina su rico legado cultural y natural con una oferta turística que permite a los visitantes disfrutar de la tranquilidad de un pueblo rural y sus paisajes únicos.
